Monday, March 30, 2009

EL ULTIMO ARBOL


En esos pueblos había quedado un solo árbol que ya moribundo languidecía en el yermo de una tierra mutilada por la ignorancia y la ambición.


Fue en esa época que aparecieron extrañas enfermedades y de un minuto a otro fueron dejando ciudades y pueblos vacíos.


Nadie sabía qué hacer y la desesperación se convirtió en el dueño de ese mundo , donde la única esperanza estaba cifrada en la ciencia del futuro.


Fue en esos días que algunos escucharon hablar de un anciano que vivía escondido y que ocultaba la única medicina capaz de curar el extraño mal.


Cuando algunos llegaron hasta su morada les dijo con voz firme y serena: - Vayan al único árbol que les queda...Abrácense a él fuertemente, pídanle perdón... y serán curados


Los más desesperados que se arrastraban por esas tierras que en el pasado habían conocido progreso, corrieron hacia el último árbol, se abrazaron con desesperación a su tronco y pidieron clemencia.


Aquellos que estaban presa de terribles dolores, vieron maravillados que empezaban a sentir alivio.
El milenario árbol crujía y pese a estar próximo a su fin, derramaba vida y salud a todos aquellos que se abrazaban fuertemente a su tronco.


Pronto las lágrimas del dolor y del arrepentimiento de miles abrazados a sus raíces, fueron cubriendo de agua esa tierra moribunda.


¡Por fin había algo que los podía curar! ¡Cómo no lo habían visto antes, pues la medicina estaba en el último árbol!...


Al cabo de un tiempo la gente empezó a cuidar este último árbol que les quedaba y rogaban para que viviera y les diera semillas para plantar nuevos árboles.


Entretanto, las lágrimas del dolor y del arrepentimiento se convirtieron en un nuevo río y éste empezó a bajar por las laderas y fue calmando la sed de esta tierra erosionada, donde nuevas plantas y flores empezaron a vivir.


El anciano de la montaña tenía razón pues la medicina está en el Árbol, primer hogar de los hombres y respiración de todos los seres vivos.