Thursday, June 25, 2009

EL DIAMANTE QUE SE CREYO PIEDRA


Érase una vez, en algún lugar lejano, remoto, perdido en el tiempo y en el espacio, dos diamantes gemelos, idénticos, que viajaban en la bolsa de un gran señor que, con especial cuidado, los transportaba por un camino. Sucedió, que sin esperarlo, este buen señor de pronto fue atacado por una banda de ladrones que persiguieron su carruaje intentando quedarse con sus pertenencias.


El señor, al ver que no podría escapar, y sabiendo que sus dos diamantes perfectos eran todo su tesoro, en un recodo del camino, mientras huía a toda carrera, los sacó de su bolsa y dándoles un beso de despedida los arrojó a un costado del camino, cerca de un árbol el cual usaría como referencia para poder volver a buscarlos.


El tema es que los dos diamantes cayeron al suelo, a la corta distancia de dos metros uno del otro, y allí quedaron, a la espera de ser descubiertos por alguien o recuperados por su señor, ya que no habían nacido sino para ser piedras de corona real.


El tiempo pasó, pasaron las horas, los días, las semanas y por último los meses y el señor jamás volvió por ellos. Los diamantes que ya estaban preocupados, comenzaron a hablar... No nos quiso, dijo uno de ellos, no nos quiso porque no somos diamantes, yo siempre lo supe, somos rocas sin valor y por eso nos arrojó de su carruaje, claro...


¿Quién querría pedazos de piedra como nosotros?... El otro diamante que lo escuchaba, a su vez le respondía... No, sabes que no es así, nos arrojó para protegernos, porque éramos su tesoro más preciado y si no volvió será porque algo le habrá pasado, porque jamás nos habría abandonado...


El tiempo se consumió en charlas similares... Y siguió pasando, y los diamantes siempre mantenían la misma postura, uno de ellos veía el vaso medio vacío y el otro el vaso medio lleno. Cuando los meses se convirtieron en años, el diamante positivo, por llamarlo así, el que sabía su valor, propuso...


Hagamos algo... Brillemos, con más fuerza de la habitual, brillemos hasta encandilar con nuestro brillo, así, quien pase por el camino nos encontrará y podremos por fin convertirnos en lo que soñamos, en piedras preciosas de corona real... No, le dijo el otro, tú no entended... Somos rocas, piedras, convéncete “piedras”


¿Entendéis? y por más que lo intentáramos jamás podríamos brillar, nadie nos querría, nadie nos valoraría, no vale la pena hacer nada, somos parte de este paisaje agreste y aquí nos debemos quedar...Frente a este desencuentro de voluntades, el diamante positivo, sin dejarse contagiar por lo que escuchaba...


Comenzó a brillar, al principio tímidamente y finalmente con un brillo tan poderoso que competía con la luna, ya que atesoraba los rayos del sol durante el día y en la noche los despedía, asumiendo así su condición, reconociendo con orgullo lo que sabía que en realidad era, valorándose, esto, por supuesto, contra su entorno y la situación que al ser tan desfavorables, podrían confundirlo y hacerle ver lo contrario...


Así, el tiempo siguió su curso, y el diamante negativo se llenó de barro por las tormentas y quieto y sin brillo desapareció en la tierra, enterrado por los vientos, convirtiéndose en lo que decía ser, solo una roca más, una piedra sin valor a la que nadie iba a descubrir.


Mientras tanto, el diamante positivo seguía brillando, aprovechando las lluvias para sacarse de encima el lodo y los vientos para secarse y pulirse aún más... Y así, un día, como todo llega, un par de ojos que pasaban por el lugar vieron un extraño, pero perfecto brillo desde lejos y al dirigirse hacia donde provenía, esos ojos pudieron comprobar que se trataba de un hermoso y perfecto diamante.


¡Oigan!... gritó, he encontrado la más perfecta joya, este ha sido un regalo de ¡los dioses! la llevaremos para que la ¡instalen en mi corona! Sí, aunque no sé pueda creer, esos ojos pertenecían al rey del lugar, un señor que por fin le dio al diamante el lugar que merecía, cumpliendo su sueño de convertirse en hermosa piedra preciosa de corona real...


Y aquí terminó la historia... Ah, ¿quieres saber que pasó con el otro diamante...?Cuando sintió que su hermano gemelo era rescatado, quiso brillar también, pero tanto tiempo había estado convencido de no Ser un diamante, tanto se había dejado llevar por la mala situación, que se olvidó de cómo hacerlo y allí quedó...


Inmerso en la cárcel del olvido, una cárcel que fabricó día tras día y en la cual el mismo se encerró. Y esta cárcel fue ni más ni menos el ignorar quien era realmente, no saber valorarse, porque un diamante no deja de ser diamante porque alguien lo arroje, un diamante no deja de ser precioso, de tener valor, por estar perdido en el desierto, por estar solo.


Un diamante siempre es un diamante. Por eso, esta historia es para mí, porque cuando veo que nadie parece valorarme, cuando veo que nadie parece ver en mí lo que soy, lo que puedo ser, lo que puedo hacer, lo que puedo dar... Nunca olvido mi condición natural, soy un diamante y lo sé y lo que importa es eso y jamás dejo de brillar...


Vos también eres un diamante y no importa quien lo crea, si te sirve yo lo creo, pero lo importante es que lo creas y lo asumas en tu interior. Eres un perfecto diamante, pero igual que yo, no te dejes convencer de lo contrario, por nadie ni por nada, seguí adelante récord quien eres y nunca dejes de brillar.


Jamás te inviertas en piedra, brilla, porque tarde o temprano pasará un rey, o una reina, alguien entendido, que quedará encandilado con tu brillo, que te valorará y que, en definitiva, sabrá apreciarte como el tesoro que realmente eres...

TU LUGAR EN EL MUNDO


Nadie en el mundo va a darte tu lugar si tú no lo ocupas primero.


Al que elige con firmeza su papel, nadie le dicta el libreto ni le señala cuando debe entrar o salir; sólo tú eres el director, guionista y protagonista de tu historia.


No importa tanto en realidad si eres un actor secundario en la obra de otros; lo esencial es que seas el actor principal en la tuya,

y también el redactor de tu libreto.


Es irrelevante el tiempo asignado a tu papel, siempre será el necesario para tu participación;

pero cuida de no equivocarte de escenario: el tuyo es aquél en el que se juega tu suerte.

No la de otro, por apasionantes que puedan parecerlos libretos ajenos.


Esto tiene que ver con la elección consciente de tu libertad en todos los niveles, que te llevará siempre a negarte a la aceptación de ese papel que muchos asumen para descansar de sus obligaciones: que es el de víctima.


Indaga profundamente en tu interior cuál es tu si-no, cuáles son tus talentos, cuáles los lenguajes con los que ansías expresarte, y luego actúa.


No te limites a una sola forma de expresión, emprende la aventura de descubrir de cuántos modos puedes llegar a los demás con tu mensaje. Cada conducta es una forma de manifestación; no te limites al desempeño de un único papel en tu vida.


Cambia, amplía tu experiencia, pruébate en cosas nuevas, ensaya algo distinto, en tu trabajo, en tus pasatiempos, en la forma de vincularte con los demás, en el modo de amar a Los que amas.


No permitas que el miedo, los prejuicios,la moda, la rutina o la presión de los demás, aplaquen

esa potencia creadora que habita en tu interior.


Exprésate y no te justifiques, no expliques, no argumentes.


Actúa, porque por cada uno que critica en voz alta ,existen diez hermanos silenciosos que crecen con tu ejemplo y a quienes tu coraje impulsa a buscar en sí mismos la fuerza que te anima.


Existe una verdad en ti, debe ser revelada y transformada en acción. Esa verdad se refiere a tu esencia y a las características peculiares que te identifican.

EL DIA DE LA SERENIDAD


Este día conduciré con calma mis pasos y me alejaré de las presiones y de los problemas que perjudican mi salud mental.


Me enfrentaré a mi destino con serenidad y arreglaré todo lo que esté a mi alcance solucionarlo, pero aceptaré con alegre resignación aquello que no pueda cambiar.


Tomaré mis libros y seleccionaré aquel que más me gusta y nunca tuve tiempo de leer para disfrutar de la inmensa sabiduría que encierra en cada una de sus paginas.


Por primera vez en mi vida me detendré un segundo para admirar los bellos amaneceres que me regala la Naturaleza, y sé que mi corazón saltará de alegría...


Porque después de tanto trajín, al fin le regalaré un día de serenidad.

LEYENDA PERSONAL


La Leyenda Personal es el camino que Dios creó para ti aquí en la tierra, es tu bendición,.


Siempre que haces aquello que te entusiasma estás cumpliendo con tu Leyenda y solo algunos tienen el valor de enfrentarse con sus propios sueños. El camino de la Leyenda Personal es tan difícil como cualquier otro camino, con la diferencia de que en éste está tu corazón. Entonces, un guerrero de la luz debe estar preparado para tener paciencia en los momentos difíciles, y saber que el Universo está conspirando a su favor, aunque él no lo entienda. Cuando empieza a luchar por sus sueños, el hombre no tiene experiencia y comete muchos errores.


Pero el secreto de la vida es caer siete veces y levantarse ocho. Porque después de superadas las derrotas (y siempre las superamos) sentimos mucha más energía y confianza. En el silencio del corazón, sabemos que nos hacemos dignos del milagro de la vida.


Cada día, cada hora, son parte del Buen Combate. Siguiendo el camino de tu Leyenda, ayudas al Alma del Mundo y entiendes porqué estás aquí.

LA OTRA MEJILLA


Existía un monasterio que estaba ubicado en lo alto de la montaña. Sus monjes eran pobres, pero conservaban en una vitrina tres manuscritos antiguos, muy piadosos. Vivían de su esforzado trabajo rural y fundamentalmente de las limosnas que les dejaban los fieles curiosos que se acercaban a conocer los tres rollos, únicos en el mundo.


Eran viejos papiros, con fama universal de importantes y profundos pensamientos. En cierta oportunidad un ladrón robó dos rollos y se fugó por la ladera. Los monjes avisaron con rapidez al abad. El superior, como un rayo, buscó la parte que había quedado y con todas sus fuerzas corrió tras el agresor y lo alcanzó: "¿Qué has hecho? Me has dejado con un solo rollo. No me sirve.


Nadie va a venir a leer un mensaje que está incompleto. Tampoco tiene valor lo que me robaste. O me das lo que es del templo o te llevas también este texto. Así tienes la obra completa". -


"Padre, estoy desesperado, necesito urgente hacer dinero con estos escritos santos", dijo el ladrón.


El abad le contestó -"Bueno, toma el tercer rollo. Si no se va a perder en el mundo algo muy valioso. Véndelo bien. Estamos en paz." y lo dejó ir con el tesoro.


Los monjes no llegaron a comprender la actitud del abad. Estimaron que se había comportado débil con el rapaz, y que era el monasterio el que había perdido. Pero guardaron silencio, y todos dieron por terminado el episodio.


Cuenta la historia que a la semana , el ladrón regresó. Pidió hablar con el Padre Superior: "Aquí están los tres rollos, no son míos. Los devuelvo. Le pido en cambio que me permita ingresar como monje. Cuando usted me alcanzó, todo me esperaba menos que tuviera la generosidad como para darme el tercer rollo, la confianza en mí como para creer el valor de mi necesidad y que todavía me dijera que estábamos en paz, perdonándome con mucha sinceridad. Eso me ha hecho cambiar. Mi vida se ha transformado".


Nunca ese hombre, había sentido la grandeza del perdón, la presencia de la generosidad excelente. El abad recuperó los tres manuscritos para beneficio del monasterio, ahora mucho más concurrido por la leyenda del robo y del resarcimiento.


Y además consiguió un monje trabajador y de una honestidad a toda prueba. El agresor espera agresión, no una respuesta creativa, inesperada, insólita. No sospecha, la conmoción, del poder incalculable de poner la otra mejilla.

SIMPLE BRISA


Somos una simple brisa en este desolado desierto de la vida, cuyas ansias de poder sosiega las almas de los conocedores y entristece al pobre ser humano, dejándole una nube de incertidumbre solo en la oscuridad de las penumbras, plagado de ideas y conceptos imposibles de realizar...


Convenciéndome de que nada es real, incapaz de levantarse, se resigna a quedar sin nada solo siendo una simple brisa, la cual nadie recuerda pero que nadie olvida, sintiéndola de vez en cuando en las noches cuando el frío acecha y se escuda el grito de la soledad clamando por aquellos que nada fueron...

Thursday, June 18, 2009

VALE LA PENA


Hay momentos en que sentimos que todo está mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo que no se alcanza a ver ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.


En esos momentos debemos de tomar todo nuestro amor, coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.


Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena levantarnos de nuevo y solo puedo contestar una cosa: hagamos que nuestra vida valga la pena


.Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.


Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo más profundo, porque ya no puedo ir más abajo: de ahí en adelante todo va ser hacia arriba, hasta que vea la luz.


Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrimas son sinceras.


Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.


Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil me muestro tal cual soy.


Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.


Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.


Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.


Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.


Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.


Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad para volver a empezar.

Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas, con el único fin de dar una idea.

Lo demás, depende de cada uno de nosotros.


Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.Hagamos que nuestra vida valga la pena.

EL CUIDADO DE LA ROSA


Juan se sentía solo, volvía a su departamento, y el silencio era el único que lo esperaba.

Juan estaba triste, Juan estaba solo, muy solo. Y Juan tuvo una brillante idea: "Compañía, eso lo que necesito... compañía"


Y alegre se puso a pensar que tipo de compañía.

De chico le habían dicho que lo ideal para compañía era una rosa.

También le había advertido que las rosas tenían espinas y que si uno no era cuidadoso, en vez de disfrutar el placer de mirarlas, tocarlas y oler el perfume que emitían, podían terminar lamentándose todo el día de que la rosa era mala, que cada vez que uno se acercaba lo pinchaba a propósito con sus espinas, y otras tantas advertencias del mismo género.


Pero para Juan el riesgo valía la pena. Quería una rosa y salió a buscarla. Y cuando uno busca mucho siempre encuentra lo que busca.


Así Juan salió decidido a la calle y , oh casualidad, a la vuelta de la oficina donde trabajaba la vio, estaba ahí delante de sus ojos, como había estado ella durante meses esperándolo y mirándolo cada vez que él pasaba, pero nunca se habían cruzado miradas. Pero esta vez Juan estaba decidido a ser feliz y se acerco directamente a ella, tan directamente que la hizo temblar.


Juan la miró, y quedó totalmente embriagado y envuelto por su perfume. Juan estaba enamorado. Luego de un rato de pleno éxtasis Juan se decidió. Dio media vuelta y encaró al padre de la dama.-


¿Cuánto cuesta?, preguntó con voz firme.- Veinte pesos, contestó el Vendedor de Flores, sorprendido por la pregunta tan imprevista, pues ni siquiera le había dicho buen día, y agregó ya recompuesto.- Con diez pesos más se lleva esta maceta hermosa, señalando una roja de cerámica.


A los pocos minutos Juan salía feliz del negocio con María, pues así le había puesto de nombre a la rosa. María salió alegre a la calle, en los brazos de Juan y vestida con su hermoso vestido de maceta roja.


Juan llegó a su casa, puso a María en el mejor lugar, donde podía recibir la luz de la mañana, luego guardó el comprobante de compra de la rosa y finalmente se sentó a su lado. El resto de la tarde se deleitó mirándola y sintiéndola. Los primeros días fueron realmente una "Luna de Miel".
A la noche Juan se llevaba a María al dormitorio para tenerla al alcance de su mano. La luna de miel entre ellos duró poco.


Una noche Juan entre sueños acercó su mano para acariciar a María y de pronto el dolor intenso y una gota de sangre salió de su dedo índice.


María, con sus espinas lo había lastimado. Juan sintió que el dolor pasaba pero volvieron a su mente las advertencias: cuidado con las rosas, cuando tu quieres brindarles amor ellas te lastiman intencionalmente con sus espinas.


Al día siguiente Juan se olvidó de ponerle agua en la maceta a la Rosa, también se olvidó de ponerla al sol, y así hizo los siguientes tres días.


Fue el sábado que Juan al entrar al dormitorio la vio. María estaba triste, sus pétalos que antes eran hermosos, estaban caídos sobre la mesita de luz. Su tierra reseca.


Juan sorprendido por la actitud de María, buscó la factura de compra, pues tenía anotado en teléfono del negocio de plantas y llamó para reclamar.


- ¿Qué problema tiene con la planta que le vendí? preguntó el vendedor.


-¿Qué no la riega, ni la pone al sol desde hace tres días? preguntó el vendedor indignado.


Juan cortó, medio disculpándose por su ignorancia y se puso a regar a la rosa, pero no podía evitar recordar con bronca lo que ella le había hecho: lo había lastimado cuando el se acercó, y seguramente lo había hecho con intención. Y comenzó a regarla hasta inundarla de agua, mientras pensaba...


- Voy a inundarla bien, así no la riego por siete días.- Voy a dejarla al sol así no necesito moverla.


Y luego Juan se fue a hacer otras cosas, sus cosas, las que eran realmente importantes para él.
Y María siguió perdiendo pétalos. Ya no emitía ningún perfume, ya no sentía la energía y la palabra de Juan, y María se dejaba morir.


Pasaron otros tres días y Juan fue a un cine solo.


Durante la película vio una escena que lo conmovió, y de pronto apareció la imagen de María ante sus ojos con sus pétalos caídos. Juan sintió en el fondo de su ser que María se moría de pena, y se dio cuenta que la amaba, que extrañaba sus formas, su tersura, su perfume, y Juan salió a las corridas del cine y volvió a su casa.


Encontró a María desfalleciente, la tomó entre sus brazos, le sacó el agua en exceso de la maceta, y le habló del amor que le tenía, durante toda la noche. A la mañana la puso al sol, le agregó un poco de fertilizante, y así la cuidó en su convalecencia que duró casi un mes.


Al mes María estaba radiante y enamorada como siempre.


Y ese día Juan tomó el comprobante de compra y rompiéndolo en mil pedacitos le dijo a María.


- Alguna vez creí, equivocadamente, que porque te había comprado y puesto el comprobante de compra bajo la maceta podía decirte - " soy tu dueño, y no te riego".


- Hoy me doy cuenta que nuestra relación se sustenta en cambio en el amor diario que nos podamos dar, en que yo te riegue todos los días con mi amor, mientras tu me llenas con tu hermoso perfume, tu tersura, tu compañía y y tu hermoso perfume.


Que todos los cuidados que yo te haya dispensado en el pasado, vivirán siempre como un maravilloso recuerdo, pero que no son suficientes para el día de hoy.


Y que a partir del día de hoy, para poder disfrutarte te seguiré regando día tras día.


Y además tendré presente que si me encuentro con tus espinas puede ser, que parte de la culpa sea mía por no saber acercarme a ti.

RIESGO ES LIBERTAD


Reír, es correr el riesgo de parecer tonto.

Llorar, es arriesgarse a parecer sentimental.

Acercarse a otro ser, es arriesgarse a comprometerse.


Mostrar emoción, es arriesgar que se te conozca.

Someter a la gente tus ideas y sueños, es ponerlos en riesgo.

Amar, es correr el riesgo a no ser correspondido.


Vivir, es arriesgarse a morir.


En toda esperanza hay el riesgo del desespero. En todo intento, el riesgo de fracasar, pero los riesgos se han de tomar, porque el mayor peligro en esta vida, es no arriesgar nada.


Porque el que nada arriesga, nada hace... nada tiene... nada es, tal vez, pueda ahorrar sufrimiento y dolor, pero a fin de cuentas, no puede aprender, ni sentir, ni cambiar, ni crecer, ni amar, ni vivir; encadenado por las certidumbres, será un esclavo, y sacrificará el ser libre.


Solo arriesgando se consagra la libertad.

Clave de vida

EL ZAPATERO


Dios entró en la tienda le dijo: soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras sandalias; y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías tú reparármelas por favor?, no tengo dinero aquí, pero te puedo dar lo que quieras si me las arreglas.El zapatero con mucha desconfianza dijo: ¿Me puedes dar tu el millón de dólares que necesito para ser feliz?


Dios le dijo: Te puedo dar 100 millones de dólares. Pero a cambio me debes dar tus piernas...El zapatero dijo: ¿Y de que me sirven los 100 millones si no tengo piernas?


Señor volvió a decir: Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos.El zapatero respondió: ¿y que puedo yo hacer con 500 millones si no podré ni siquiera comer yo solo?


El Señor habló de nuevo y dijo: Te puedo dar 1000 millones si me das tus ojos.

El zapatero solo dijo: ¿Y dime; que puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver el mundo, ni poder ver a mis hijos y a mi esposa para compartir con ellos?


Dios sonrió y le dijo: Ay hijo mío, como dices que eres pobre ¿; si te he ofrecido ya 1600 millones de dólares y no los has cambiado por las partes sanas de tu cuerpo! Eres tan rico y no te has dado cuenta


Sólo pensemos hoy en todo lo que podemos agradecer a Dios, y démosle gracias pues es El quien nos ha dado la salud. No pidamos tanto dinero, pues es mejor tener todo nuestro cuerpo sano a tener todo el dinero del mundo.

NO REGALES TUS OJOS MIENTRAS VIVAS


Un niño veía encantado la película de indios y vaqueros.

De pronto entró un hombre corpulento, de anchas espaldas. Una mujer lo llamó por su nombre, se reconocieron y pasó a sentarse frente al chico.


A éste no le quedó más remedio que estarse moviendo de izquierda a derecha para poder ver la película entre la butaca y los hombros del incómodo vecino, que también se movía emocionado.


Cuando la frustración del niño se tornó insoportable, protestó: “Oiga, Señor, no se mueva tanto. No me deja ver la película”. La mujer que lo acompañaba respondió en defensa del hombre: “Mira niño, no te preocupes. Si no puedes ver, lo que debes hacer para que no te pierdas la función es reírte cuando nos veas reír y llorar cuando nos veas tristes”.


Por supuesto no pasa de ser un mal chiste.


Pero hay más gente de lo que pensamos, por ejemplo, que en lugar de ver en la pantalla de su vida, mira en la TV la telenovela favorita, se identifica con el personaje central al grado que está lista para enojarse o reír de acuerdo a lo que a éste le ocurre.


Vive así, quizá inconscientemente, una vida prestada en un lugar mágico en que todo finalmente se resolverá con facilidad. Se aleja de este modo de la realidad de su propia vida, y como consecuencia deja de actuar para mejorarse a si mismo. Comete un grave pecado contra su propio potencial: dejar de hacer lo necesario para desarrollar su propia y genuina felicidad.


Son como aquellos esclavos, según el relato de Platón, que vivían en una caverna, encadenados, observando engañados los reflejos de la realidad en una pared frente a ellos. No podían levantarse de sus sillas y romper las cadenas que los amarraban a esas ficciones. Platón mostraba así, simbólicamente, a sus alumnos que cuando la gente se concreta a ver tan solo el reflejo de la realidad de lo que otros hacen, actúa de acuerdo a un engaño.


Acaba regalando sus ojos mientras vive, para que otros vean la vida por él. Cae así en lo que según William James, el famoso profesor de Harvard, es imitación, que acaba siempre siendo un suicidio. La conclusión es clara: “No regales tus ojos mientras vivas”.


LO NEGATIVO: Sufrir y reír la vida ajena.

LO POSITIVO: Vivir nuestra propia vida y actuar de manera que nos sintamos orgullosos.

EL ERMITAÑO


Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia.


Se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer.


La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo.


Les contestó:


"Tengo que domar a dos halcones,
entrenar a dos águilas,
mantener quietos a dos conejos,
vigilar una serpiente,
cargar un asno y
someter a un león".


No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives.


¿Dónde están todos estos animales?


Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron.


Porque estos animales los tienen todos los hombres, ustedes también.
Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo.
Tengo que domarlos para que sólo se lanzan sobre una presa buena,
son mis ojos.


Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan.
Tengo que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir,
son mis dos manos.


Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles.
Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta,
son mis dos pies.


Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas.
Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño,
es mi lengua.


El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber.
Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día,
es mi cuerpo.


Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso,


es mi corazón.

Friday, June 12, 2009

QUE ES UN MUJERON?


Un hombre preguntó a otro ¿Para ti qué es un mujerón? Inmediatamente se soltó hablando del tamaño de los senos, de la medida de la cintura, del volumen de los labios, de las piernas, del color de los ojos y de lo demás..., le dijo que un mujerón tenia que ser una rubia o morena (despampanante) de 1.80 mts., siliconizada y sonrisa colgate.


Y bien añadió el hombre- y para ti, ¿qué es un mujerón?


Pues mira,- contestó, fíjate bien y descubrirás que hay una en cada esquina:


Mujerón es aquella que toma dos autobuses para ir a su trabajo y dos mas para regresar y cuando llega a su casa, encuentra el cesto lleno de ropa para lavar, la tarea de los niños para revisar y una familia hambrienta para alimentar.


Mujerón es aquella que va por la madrugada a hacer cola para garantizar la inscripción de sus hijos en el colegio y aquella jubilada que pasa horas parada haciendo cola en un banco para cobrar una pensión insultante.


Mujerón es la empresaria que administra decenas de funciones de lunes a viernes y una familia todos los días de la semana.


Mujerón es quien regresa del supermercado cargando varias bolsas después de haber pesquisado precios y hacer malabarismos con el presupuesto.


Mujerón es aquella que se depila, se pone cremas, se maquilla, hace dieta, se ejercita, usa tacones, se arregla el cabello y se perfuma, sin tener ninguna invitación para ser portada de revista.


Mujerón es quien lleva los hijos a la escuela y los va a buscar, los lleva a las clases de natación y los busca, los lleva a la cama, les cuenta historias, reza con ellos, les da un beso y apaga la luz.


Mujerón es aquella madre de un adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café.


Mujerón es quien enseña a cambio de un salario mínimo, es quien hace servicios voluntarios, es quien anda en la vendimia, es quien siembra, es quien opera pacientes, es quien lava ropa para otros, es quien pone la mesa, hace la sopa y en las tardes trabaja detrás de un mostrador.


Mujerón es quien sabe donde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cual es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las pesadillas.


Más mujerón que esta…imposible!!!!


Un beso a todas esas mujeronas que hay en todas partes del mundo.

EL HERRERO


Lynell Waterman cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios.


Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida.


Muy por el contrario: sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.


Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó:-Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar.


No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado.


El herrero no respondió enseguida: él ya había pensado en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida.


Sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba.


He aquí lo que dijo el herrero:


-En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú como se hace esto?


Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone roja. En seguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada.


Luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido del vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura.


"Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta: una sola vez no es suficiente".


El herrero hizo una larga pausa, encendió un cigarrillo y siguió:


-A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento.

El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras.

En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada.


Y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería.


Hizo otra pausa más, y el herrero terminó:-Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío en insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es:"Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras -pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas".

ASI HABLA QUETZACOATL


Limpia tu mente y todo se limpiara

Le decían:


¿Como sabremos que nos enseña el atardecer y como nos enseña la mañana y como nos trae conocimientos cualquier circunstancia?


Y el así contestaba:


Cada cosa fuera de ti es un espejo donde te miras. Si la nube de la angustia llena el horizonte de tu corazón, veras una nube de angustia en cada corazón. Si la calma viene a sentarse en medio de tu pecho, veras que cada uno también lleva sentada la calma en su pecho. Si tu cabeza es la guarida donde se esconden pensamientos de odio, de rencor o de envidia, cuando camines por las calles y las plazas de la vida solo veras pasar por ellas al odio, y sentado en las bancas al rencor, y en cada esquina a la envidia.


Y dirás:


¡Desearía volar mas allá de esta ciudad porque esta contaminada y quisiera salir de esta casa, para sentir el campo limpio y su pureza!


Y yo te digo:


Limpia tu mente y todo se limpiara. Limpia tu corazón y todo se limpiara.


Limpia tu cuerpo y todo estará limpio. Ignorante es aquel que, viendo lo de fuera sucio, no se da cuenta de su suciedad y dice: Me adelantare en mi corazón para limpiar mi templo, porque su altar esta sucio y su luz atenuada. Ignorantes son aquellos que pretenden limpiar su templo en el templo de los demás, y todos los días y todas las noches de su existencia piensan que el mal esta fuera de ellos y no en su corazón.


Mira los cenzontles y mira los jilgueros y mira el cocoztli, ¿quién podría decirles: tu canto no es armónico?


Mira los sauces, y los acotes, y los ahuehuetes ¿ quien podría decirles: tu crecimiento no es armónico? ¿Cómo entonces, podría decirse esto del hombre?


¡Cuánto aprendería un espíritu critico si supiera que se esta criticando en voz alta a si mismo, cuando critica a alguien!


Cada cosa tiene su lugar, y cada uno tiene su camino. Solo aquel que no lo conoce sigue los caminos de otros, hasta que al fin, encuentra el suyo.


¡ Bendito el día en que lo encuentra, porque ese día ha nacido de nuevo! Solo a partir de ese momento le dirán algo los atardeceres, le dirían algo las mañanas, y le hablaran las flores.


Empezara a caminar con la naturaleza, y su lengua será como la de los pajarillos, sus manos serán como ríos, y sus ojos serán la vida que mira a la vida.


AMIGOS


Hace un tiempo al estar en casa, siendo como las once de la noche, recibí la llamada telefónica de un muy buen amigo. Me dio gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue: “Cómo estás?”.


Y sin saber porqué le contesté: “solísimo”.


“Quieres que conversemos?” - preguntó al instante.


Le respondí que sí y dijo: “Quieres que vaya a tu casa?”. Al responderle que sí, colgó, y en menos de quince minutos estaba tocando a mi puerta.


Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento siempre, me escuchó. Se nos hizo tarde, yo estaba cansado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores; me sentía muy a gusto. Cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:


“Bueno, me retiro tengo que ir a trabajar.”


Yo me sorprendí, y le dije: “Pero por qué no me habas dicho que tenias que ir a trabajar?, mira la hora que es, no dormiste nada, te quité tu tiempo toda la noche”. él sonrió y me dijo: “No hay problema para eso estamos los amigos”.


Me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañe a la puerta de mi casa... y cuando él caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos: “Oye amigo, y a todo esto, por qué llamaste anoche tan tarde?”.


El regresó y me dijo en voz baja: “Es que te quería dar una noticia...” Le pregunté: “qué pasó?”. Me dijo... "Fui al doctor y dijo que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y sólo me queda esperar...”.


Me quedé mudo... él me sonrió y me dijo: “Que tengas un buen día amigo...” se dio vuelta y se fue. Pasó un buen rato para cuando asimilé la situación y me pregunté una y otra vez, por qué cuando él me preguntó cómo estás? Me olvidé de él y solo habló de mí.


Cómo tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimo, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?... Esto es increíble... desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas y suelo disfrutar más de las cosas buenas de la vida, ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero... por ejemplo él... todavía vive y procuro disfrutar más el tiempo que convivimos y conversamos, sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi AMIGO...

EL NIÑO Y EL PERRO Y EL VALOR DE CADA UNO


Un niño entró en una tienda de animales y preguntó el precio de unos cachorros que estaban en venta.


-Entre 30 y 50 euros, respondió el dueño.


El niño sacó unas monedas de su bolsillo y dijo:


-Sólo tengo 2 euros...¿Podría ver los perritos?


El dueño de la tienda sonrió y llamó a Fifi, la madre de los cachorritos, que vino corriendo, seguida de cinco bolitas de pelo. Uno de los cachorritos venía el último y caminaba con dificultad.


El niño, señalando a aquel cachorrito, preguntó:


-¿Qué le ha pasado?


El dueño de la tienda le dijo que el veterinario le había examinado y descubrió que tenía un problema en el hueso de la cadera, de manera que siempre caminaría con dificultad.


El niño se animó y dijo con los ojos llenos de alegría:


¡Ése es el perrito que quiero comprar!


El dueño de la tienda respondió:


-No, a este no lo puedes comprar. Si de veras lo quieres, te lo regalo.


El niño guardó silencio y con los ojos llenos de lágrimas, miró fijamente al dueño de la tienda y le dijo:


-Yo no quiero que usted me lo regale. Este perrito vale igual que cualquiera de los otros y yo voy a pagarlo todo. Le doy ahora 2 euros, y le iré pagando cinco euros cada mes, hasta pagar todo.
Sorprendido, el dueño de la tienda le contestó:


-¿Cómo vas a comprar este perrito? Nunca podrá correr, saltar o jugar contigo y con los otros perritos.


El niño, muy serio, se agachó y se descubrió lentamente la pierna izquierda, dejando ver la prótesis que usaba para andar... Y, mirando al dueño de la tienda le respondió:


-Mire...a mí me falta una pierna...Yo no corro muy bien y el perrito va a necesitar de alguien que lo entienda.


A veces despreciamos a las personas con quienes convivimos todos los días a causa de sus defectos, cuando en realidad todos somos iguales o peor que ellas. No nos damos cuenta de que esas mismas personas necesitan de alguien que las comprenda y las ame, no por lo que ellas pudieran hacer, sino por lo que realmente son. Amar a todos es difícil, pero no imposible.

EL ANILLO


- Admirado Maestro, vengo a verle porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?


El maestro sin mirarlo, le, dijo:


- Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, pues debo resolver primero mi propio problema. Quizás después... y haciendo una pausa, agregó:


- Si quisieras ayudarme, podría... tal vez, después de resolver ese problema poder ayudarte.


- En...encantado, maestro - titubeó el joven, que otra vez más se sintió desvalorizado, y que sus necesidades eran postergadas.


- Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba y dándoselo al muchacho, agregó:


- Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió.


Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven les decía lo que pedía por el anillo.


Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos se reían, otros se daban vuelta y se iban.


Sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa para entregarla a cambio de un anillo. Con el afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones claras de no aceptar a menos que le pagaran con una moneda de oro y rechazó la oferta.


Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado - más de cien personas - y abatido por su fracaso, montó el caballo y regresó.


Cuánto hubiera deseado tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.


Entró en la habitación.


- Maestro - dijo - lo siento, no pude conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie con respecto al verdadero valor del anillo.


- Qué importante lo que dijiste, joven amigo - contestó muy sonriente el maestro - Primero debemos saber el verdadero valor del anillo.


Vuelve a montar y vete a visitar al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que él te ofrezca, no se lo vendas.


Vuelve aquí con mi anillo.


El joven volvió a cabalgar.


El joyero examinó el anillo a la luz y con su lupa, lo pesó y luego le dijo:


- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.


- ¡ 58 MONEDAS! Exclamó el joven.


- Sí, replicó el joyero, sé que con tiempo podríamos llegar obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...


El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.


- Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo - Tú eres como ese anillo: una joya, muy valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?


Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en su dedo.

Friday, June 5, 2009

DICHOSOS LOS QUE SABEMOS LLORAR...


Una lágrima: es eso que humedece los ojos del mundo.
Y que el mundo se empeña en ocultar.

Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo.


Es tan profunda, que no sabemos con certeza de donde nace, ni si podrá morir alguna vez.


A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.


Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante. Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.


Una lágrima: puede ser rebeldía o arrepentimiento, odio, amor, luz o sombra. Una lágrima puede ser el sueño desvanecido que rozó nuestros párpados o el amor perdido que aún está dulce, húmedo.


Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.


La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre.


El que ignora tus motivos, no te conoce.


La lágrima es un don.


"Dichosos los que sabemos llorar! Son perlas para el collar de la vida. Son rocío para el temblor de una rosa. Son estrellas para las manos de Dios!".

LAS NARANJAS DE JUAN


Juan trabajaba en una empresa hace dos años, siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones, llegaba puntual y estaba orgulloso de que en dos años nunca recibió una amonestación.


Cierto día busco al gerente para hacerle un reclamo:--Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado.


Mire Rogelio, ingreso a un puesto igual que al mío hace solo 6 meses y ya esta siendo promovido a Supervisor.


--Uhmmmm - mostrando preocupación el gerente - le dice: Mientras resolvemos esto, quisiera me ayudes a resolver un problema.--Quiero dar fruta al personal para laa sobremesa del almuerzo de hoy.--


En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigüe si tienen naranjas.


Juan se esmero en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de vuelta.


Bueno Juan, ¿qué averiguaste?--Señor, tienen naranjas para la venta.--¿Y cuánto cuestan?--Ah... No pregunte por eso.--Ok, pero viste si tienen suficientes naranjas para todo el personal?--Tampoco pregunte por eso señor.--¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?--No se señor, pero creo...


--Bueno, siéntate un momento.


El gerente cogió el teléfono y mando llamar a Rogelio.


Cuando este se presento, le dio las mismas instrucciones que le diera a Juan y en 10 minutos estaba de vuelta.


Cuando Rogelio retorno el gerente pregunta:


--Y bien Rogelio ¿que noticias me tienes?


--Señor, tienen naranjas, lo suficiente, para atender a todo el personal y si prefiere también tiene plátano, papaya melón y mango. La naranja esta a 1.5 pesos el kilo. El plátano a 2.20 la mano, el mango a 0.9 el kilo, la papaya y el melón a 2.8 pesos el kilo.


Me dice que si le compra es por una cantidad nos dará un descuento del 8 %. He dejado separada la naranja pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.--


Muchas gracias Rogelio, pero espera un momento...


--Se dirige a Juan, que aun seguía esperando estupefacto y le dice:--Juan, ¿qué me decías?--Nada señor, eso es todo con su permiso...


MORALEJA: Es importante hacer nuestro mejor esfuerzo aun con las tareas mas sencillas, ya que de otra forma nadie nos confiara tareas de mayor importancia. Todos las veces que empleamos correctamente la información, tenemos la oportunidad de imprimir nuestra marca personal.

CRECER


Crecer no es una tarea sencilla. Avances, retrocesos, desilusiones, esperanzas y mucho dolor acompañan el proceso vital del hombre en este mundo, proceso cuyo sentido último es el de la evolución del espíritu.


En este trayecto forzosamente existirán personas que nos lastimen, que nos nieguen aquello que deseamos, que no nos comprendan o incluso que nos traicionen.


Se trate de una herida emocional que nos hayan provocado nuestros padres, de alguien que nos ha olvidado, o de un amigo que no ha sabido actuar con lealtad, todos hemos sufrido alguna vez por causa de otra persona.


Ahora bien: ¿Qué sentimos por ese que nos dañó? ¿Intentamos alguna vez comprender porqué actuó de ese modo? ¿Somos capaces de olvidar la ofensa sufrida? ¿Sabemos perdonar? Cuando las cicatrices no logran cerrarse y el rencor continúa anidando en nuestro espíritu, su energía actúa como un veneno.


Muchas de nuestras enfermedades se deben a esta contaminación energética, a la ira permanente, a los pensamientos de venganza y destrucción que ocupan nuestra mente. También muchos de nuestros fracasos nacen en este aferrarse a dolores pasados porque allí donde existe el resentimiento difícilmente pueda florecer una actitud positiva hacia los demás.


Por eso, para curarnos, debemos perdonar. Perdonar a quien nos olvidó. Perdonar a quien nos agredió. Perdonar a quien destruyó lo que amábamos. Enviar luz y paz para que la luz y la paz regresen a nosotros. Perdonarnos a nosotros mismos.


Aceptar y cuidar al niño asustado, enojado o confundido que llevamos dentro y rodearlo de un infinito amor. Convertirnos en amor para que el amor sea. Y entonces así, crecer libres de toda atadura y de todo miedo: crecer en felicidad.

...EN LA NOCHE OSCURA DEL ALMA


En el proceso del despertar de la conciencia, como en todas las iniciaciones, pasamos por lo que algunos llaman, la noche oscura del alma, o lo que en mi caso llamaría, atravesar un desierto; como sea que lo llamemos, hemos dado un "salto al vacío".


En este punto, sólo nos queda aferrarnos a nuestro centro, mantener el norte, aunque no sepamos cómo dirigirnos hacia él, y a pesar de nuestra angustia, dudas y miedos, sólo queda entregarse... morir a nuestros viejos esquemas, para así permitir el florecimiento de lo nuevo; al igual que en los procedimiento alquímicos para que se dé la trasmutación del metal, primero ha de pasar por la putrefacción.


Pero, ¿cómo morir concientemente?, ¿cómo entregarnos?, ha de ser desde el corazón! Sin embargo como llegar hasta él!; se nos ha enseñado el camino de la mente, pero el del corazón?, entre mas "pensemos " más nos perdemos, quedando presos de nuestros miedos, a merced de la inercia, que intenta llevarnos a nuestro estado anterior "más cómodo, conocido y aparentemente seguro", entonces se desata una lucha interior, hay que dar el paso y no sabemos cómo, al final tras nadar en contra de la corriente estamos agotados; el morir-renacer desde el corazón, es por el contrario un proceso fácil, no implica lucha sólo entrega..., no es resistencia, es flexibilidad...


Hace falta mirarnos en nuestra justa dimensión, re-conocernos en nuestro dolor (que es fuego trasmutador ), sincerarnos con humildad y responsabilidad (que es amor), permitir el desintegrarnos, llorar lo que sea necesario y sobretodo, confiar, el fuego del dolor a la luz del amor es la alquimia de la conciencia...


Entonces con humildad "pido" , me "re-conozco", hago mi dolor "verbo"y así al pedir me alineo con el alma, o lo que es lo mismo, puedo emitir y recibir; al "re-conocerme"es decir mirarme con sinceridad y humildad dejando a un lado el ego, activo mi 6º centro que es visión interior; a la luz de la sinceridad que es verdad y que parte de la mirada de un corazón humilde, con responsabilidad que es el reconocimiento vivo del propio ser, entro en el caudal de la energía de amor sabiduría, la luz del alma, consiguiendo ascender al lenguaje del corazón que es amor; al hacerlo "verbo" implico concientemente la energía de la inteligencia activa de la humanidad, como el relato del génesis, para el proceso de creación (nacimiento) se necesita del verbo "...y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...".


Solo nos queda "confiar", es decir volver al corazón, la confianza es intuición verdadera que nace de un corazón sereno.


Por este medio descubriremos nuestra llama interna que ilumina "la noche oscura", que es agua viva para atravesar el desierto, entonces ya no caemos más al vacío, ahora podemos volar.


El acero se ha templado al fuego del dolor para aportar nuestra propia nota a la sinfonía de la vida.

AFERRATE A LO QUE REALMENTE IMPORTA EN LA VIDA


Aferrate a la fe porque es la fuente de la creencia de que todo es posible. Es la fibra y la fortaleza de un alma confiada.


Aferrate a la esperanza porque destierra la duda y da lugar a actitudes positivas y alegres.


Aferrate a la confianza porque se encuentra en el corazón de las relaciones fructíferas que son seguras y satisfechas.


Aferrate al amor porque es el don mas preciado de la vida, porque es generoso, se preocupa y da significado a la vida.


Aferrate a la familia y a los amigos porque son las personas mas importantes en tu vida y porque hacen del mundo un lugar mejor. Ellos son tus raíces y la semilla de la cual creciste, son la vida que ha crecido con el tiempo para alimentarte, ayudarte a seguir tu camino y permanecer siempre cerca de ti.


Aferrate a todo lo que eres y a todo lo que has aprendido, porque esto es lo que te convierte en un ser singular. No menosprecies lo que sientes y lo que crees que es bueno e importante, tu corazón te habla con mas fuerza que tu mente.


Aferrate a tus sueños, alcánzalos de manera diligente y honrada. No temas nunca al camino mas fácil ni te rindas ante el engaño. Recuerda a otros en tu camino y dedica tiempo para atender sus necesidades. Haz del mundo un lugar mejor día a día y no te olvides de las cosas importantes que dan significado a tu vida.

QUIEN ES?


En cierta ocasión un hombre de ciudad llevó a su hijo de 5 años a pasear por el campo.


El niño se maravillaba de tantos descubrimientos que el contacto con la naturaleza le proporcionaba.


En un momento en que se detuvieron para descansar, el niño, que iba correteando por doquier, descubrió una cueva.

-"Papá ven, corre. ¡Mira que agujero tan grande tiene esta montaña!"


De repente, se asustó súbitamente al oír una voz que venia de aquel agujero, repitiendo:

-"Papá ven, corre. ¡Mira que agujero tan grande tiene esta montaña!"


Sobresaltado, fue corriendo a refugiarse a los brazos de su padre.

-"Papá, ¿qué es eso?¿quién está ahí escondido?.


Tras sosegarle, el padre le tomó de la mano y se acercaron juntos a la boca de la cueva.- "Tranquilo - dijo el padre - dile algo, venga, no temas, papá está aquí contigo, háblale"


.El niño, todavía temeroso y sin soltar la mano de su padre empezó a gritar:-"¡Tonto!, ¡Estúpido", ¡Idiota!".


La voz le respondía:-"¡Tonto!, ¡Estúpido", ¡Idiota!".Se apretó fuertemente contra su padre y le volvió a preguntar:-"Papá, ¿qué es eso?¿quién está ahí escondido?.


El padre, entonces, se agachó y le dijo muy quedo:- "Dile cosas bonitas, venga, ánimo, ya verás".El niño empezó a decir:


-"¡Hola! ¿Estás ahí? Eres un gran tipo y estoy contento de hablar contigo.


"La voz le respondió:-"¡Hola! ¿Estás ahí? Eres un gran tipo y estoy contento de hablar contigo.


"El niño se iba sintiendo más confiado y soltándose de su padre empezó a decirle cosas divertidas al agujero y la voz le contestaba de la misma manera. Entusiasmado le preguntó de nuevo a su padre:


-"Papá, ¿quién es?."A lo que su padre respondió:


- "Es la vida, hijo mío, de la manera que tu le llamas te responde.