Thursday, June 18, 2009

NO REGALES TUS OJOS MIENTRAS VIVAS


Un niño veía encantado la película de indios y vaqueros.

De pronto entró un hombre corpulento, de anchas espaldas. Una mujer lo llamó por su nombre, se reconocieron y pasó a sentarse frente al chico.


A éste no le quedó más remedio que estarse moviendo de izquierda a derecha para poder ver la película entre la butaca y los hombros del incómodo vecino, que también se movía emocionado.


Cuando la frustración del niño se tornó insoportable, protestó: “Oiga, Señor, no se mueva tanto. No me deja ver la película”. La mujer que lo acompañaba respondió en defensa del hombre: “Mira niño, no te preocupes. Si no puedes ver, lo que debes hacer para que no te pierdas la función es reírte cuando nos veas reír y llorar cuando nos veas tristes”.


Por supuesto no pasa de ser un mal chiste.


Pero hay más gente de lo que pensamos, por ejemplo, que en lugar de ver en la pantalla de su vida, mira en la TV la telenovela favorita, se identifica con el personaje central al grado que está lista para enojarse o reír de acuerdo a lo que a éste le ocurre.


Vive así, quizá inconscientemente, una vida prestada en un lugar mágico en que todo finalmente se resolverá con facilidad. Se aleja de este modo de la realidad de su propia vida, y como consecuencia deja de actuar para mejorarse a si mismo. Comete un grave pecado contra su propio potencial: dejar de hacer lo necesario para desarrollar su propia y genuina felicidad.


Son como aquellos esclavos, según el relato de Platón, que vivían en una caverna, encadenados, observando engañados los reflejos de la realidad en una pared frente a ellos. No podían levantarse de sus sillas y romper las cadenas que los amarraban a esas ficciones. Platón mostraba así, simbólicamente, a sus alumnos que cuando la gente se concreta a ver tan solo el reflejo de la realidad de lo que otros hacen, actúa de acuerdo a un engaño.


Acaba regalando sus ojos mientras vive, para que otros vean la vida por él. Cae así en lo que según William James, el famoso profesor de Harvard, es imitación, que acaba siempre siendo un suicidio. La conclusión es clara: “No regales tus ojos mientras vivas”.


LO NEGATIVO: Sufrir y reír la vida ajena.

LO POSITIVO: Vivir nuestra propia vida y actuar de manera que nos sintamos orgullosos.