En un valle oscuro como la noche, el hombre corre por su vida. No sabe como llego ahí, no sabe porque siente miedo, no sabe lo que lo persigue, solo recuerda haber cerrado los ojos para dormir, y luego el despertar en el valle.
Conforme avanza, cree distinguir a mas personas a su alrededor, corriendo como el. Les grita, intenta hablarles, pero no responden, solo siguen su presurosa carrera. El hombre se siente cansado, los últimos 3 días lo ha estado. Cansado, con hambre, con sueño, perseguido por 3 pares de ojos rojos.
El valle parece no terminar nunca, el hombre cree pasar una y otra vez por el mismo lugar, le parece ver el mismo árbol. Mas alcanzando a un sombra que corre, el hombre dice: “Dime, seas espectro o mortal, ¿Qué es aquello de lo que huimos?, ¿De que manera llegue aquí?, solo veo ojos furiosos, mas no cuerpo alguno”, y la sombra le contesta: “Por tus pecados en la tierra tu alma sufre esta condena, nunca pares de correr, pues si el can te atrapa, sufrirás mil veces el daño que causaste a los seres que cruzaron tu camino”.
El hombre ahora comprende, esta condenado a correr por siempre del can del infierno, sufriendo hambre, cansancio soledad y sueño, sin detenerse un momento por temor a caer víctima de las fauces del cerbero.
Mientras corre, el hombre comprende que si hay algo peor que la muerte y el sufrimiento, es la eternidad.
No comments:
Post a Comment