Feng Shui es una forma de geomancia desarrollada en el territorio que hoy conocemos como China. Originalmente el Feng Shui formaba parte de un cuerpo de conocimientos que aunaba filosofía y ciencia natural y que estudiaba e interpretaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima, y los astros. Los fundamentos del feng shui reconocen diversos orígenes. Por un lado se basa en la simbología del I Ching o libro de los cambios. Por otro lado, incorpora la Teoría de los Cinco Movimientos (Wu Hsing) y más adelante también elementos tomados de la astrología china.
En la China imperial el feng shui era verdaderamente un asunto de estado y sólo las construcciones imperiales y de algunos nobles tenían acceso a esta aplicación, por eso se la llamaba "Aplicaciones de emperadores y reyes". Incluso se aplicaba a la ubicación y orientación de las tumbas (Yin Zhai o vivienda de los muertos) ya que se creía que el feng shui de las mismas influía sobre la fortuna de la descendencia del difunto.
A partir de la instauración de la república, el feng shui (junto con otras prácticas tradicionales de la cultura china) fue prácticamente prohibido y es así que los centros actuales de difusión del feng shui no se encuentran en China sino en Hong Kong, Taiwan y Malasia. En la última década el feng shui se ha popularizado enormemente y su práctica y enseñanza se ha extendido por casi todo el mundo
La doctrina del feng shui se basa en la existencia de un aliento vital o chi cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, las orientaciones (puntos cardinales) y los cambios temporales. Algunas escuelas de feng shui ponen el énfasis en el estudio de las formas: las montañas, los ríos, la estructura de la vivienda o lugar de trabajo, la ubicación de un cuarto de baño, cocina, habitación, etc. hasta la colocación de los muebles.